sábado, 25 de octubre de 2008

Carta 12 de un voluntario desde Sierra Leona

Nos hemos pegado un buen madrugón. Tanto, tanto que, por esta vez, nos adelantamos al canto del gallo. Ahora, cada vez que tenemos que salir debemos buscar a alguien que se encargue de Sénkele y Kutháhineh. Esta vez le ha tocado la suerte a Medo, y me reía explicándole las horas de los biberones. Ya tengo ganas de que dejen de tomar leche.
Hemos llegado temprano y nos hemos ido directamente al café Internet para enviaros el blog. Como fue un viaje relámpago, no he tenido tiempo más que de copiar vuestros mensajes en un documento Word para leerlos despacio en la misión.Bassan sigue portándose bien y nos ha dado el mismo cambio que “la calle”: 2.950 leones por 1 dólar.
Le he pedido a Casimiro que aproveche a enriquecerse con las enseñanzas de las camionetas.
-Look (mira), me dice: “No Money no Friend”.
Algo así como que si no tienes dinero ya puedes ir olvidándote de los amigos. Hay cincuenta mil camionetas, y se había de fijar precisamente en esa.
Gracias a Dios que aparece otra de las que a mí me gusta: No condition is permanent.
-Mira, le digo, ese si que es un buen mensaje. Hace tiempo me sirvió como punto de meditación. Algún día se acabará el trabajar los dos solos.
-Two people lot of work but fewer problems. More people less work but lot of problems. I prefer more work and fewer problems, me dice.Nunca se me había ocurrido verlo desde esa perspectiva: trabajando dos tenemos mucho trabajo pero menos problemas. Cuando alguien venga, disminuirá el trabajo, pero aumentarán los problemas de convivencia. Genial, el coreano, pero aun así me inclino por que vengan al menos un par de voluntarios más.
Hemos pagado los 14 millones que debíamos y nos hemos ido a comer algo a Roy antes de salir de regreso para Kamabai.Sabía que los dos grandes amores de Casimiro eran el jamón y el pulpo. Hoy le descubrí su tercer gran amor: la langosta.-¿Sabes cocinarlas?, me ha preguntado.
Le he dicho que si, se ha largado a la playa, y ha conseguido por 20 dólares una docena de ellas.Hemos llegado a Kamabai a las 12:30 de la noche y nos hemos cocinado media docena con una salsa de mantequilla y cebolla. Estaban deliciosas.

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