lunes, 27 de octubre de 2008

Carta 15 de un voluntario desde Sierra Leona

Habíamos decidido que celebrase yo la misa hoy en Kamabay para que mis sobrinos se pudiesen despedir de la gente y, sobre todo, de los chiquillos. Se habían vestido de trajes africanos y la verdad es que nos hemos reido un rato muy a gusto cuando se lo estaban poniendo. Son tan estrechos a la altura de las rodillas que hemos tenido que empujar a Laura y a Ana para acomodarles en el Toyota.

La misa debía comenzar a las 10:30, pero solo estábamos nosotros con tres o cuatro personas. Me han dicho que la gente tenía miedo de asistir y cruzar por el medio del poblado, porque la policía cargó con gases lacrimógenos la noche anterior. Parece que al final pudo más la fe que el miedo y, aunque 45 minuots más tarde comenzamos la celebración.

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